jueves, 21 de diciembre de 2017

Lentes Bifocales


Todo lo que necesitas saber sobre las lentes bifocales

Las lentes bifocales son aquellas que tienen dos graduaciones diferentes para permitir a la persona corregir errores o defectos refractivos en la visión de lejos y de cerca. Eran la mejor solución para las personas con presbicia hasta que aparecieron las lentes progresivas, inventadas hace más de 50 años por Bernard Maitenaz, que por aquel entonces era un joven ingeniero de Essilor. En la actualidad, las lentes bifocales son un producto en declive.

Las lentes bifocales se crearon para compensar dos errores refractivos diferentes, como presbicia y miopía, por ejemplo. Para comprender su funcionamiento, es necesario saber cómo “miran” nuestros ojos:

Cuando tenemos que mirar algo que se encuentra en nuestra visión próxima (a unos 20 cm), las personas enfocamos nuestros ojos hacia abajo.
Cuando tenemos que mirar algo que se encuentra lejos, en el horizonte, enfocamos nuestros ojos hacia el frente o hacia arriba.
Por esta razón, las lentes bifocales tienen en la parte inferior una graduación destinada a corregir la visión próxima y, en la superior, una graduación destinada a corregir la visión de lejos. Existen lentes bifocales que cuentan sólo con corrección en la parte inferior, dejando la superior plana, es decir, sin graduar.

Historia de las lentes bifocales
En sus inicios, la lente bifocal estaba compuesta por dos lentes cortadas a la mitad, encajadas entre sí, e insertas en la montura. Se dice que, a finales del siglo XVIII, Benjamín Franklin popularizó este tipo de lentes, que le permitían no tener que cambiar de gafas dependiendo si quería llevar a cabo una actividad en la que era precisa la vista de cerca o la vista de lejos. En la actualidad, las lentes bifocales conforman una sola pieza que contiene una graduación específica en la parte inferior (vista de cerca) y otra en la superior (vista de lejos).




Lentes monofocales, lentes bifocales y lentes progresivas en la presbicia

La presbicia o vista cansada es un defecto refractivo asociado a la edad, que se debe a la pérdida de flexibilidad del cristalino. El cristalino es una lente del ojo que se encarga de enfocar los rayos de luz sobre la retina. Cuando los ojos necesitan enfocar un objeto que está cerca, el cristalino se abomba y, cuando miran al horizonte o a un objeto lejano, se estira y se relaja. A medida que el cristalino va perdiendo flexibilidad, estos cambios de forma, conocidos como reflejo acomodativo, se vuelven más difíciles haciendo que la persona tenga dificultades para ver con nitidez los objetos situados en el campo de visión de cerca.

Para corregir la presbicia, una persona puede usar lentes monofocales, bifocales o progresivas.

Las lentes monofocales son aquellas que tienen una única graduación en toda su superficie. Con ellas se puede corregir cualquier error refractivo como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Los jóvenes présbitas que nunca antes han usado gafas y no están acostumbrados a ellas, suelen hacerse las primeras gafas con lentes monofocales, ya que sólo las utilizan cuando tienen que llevar a cabo una actividad que exige la visión de cerca (como leer, mirar el móvil o trabajar con el ordenador). Con el tiempo, las gafas se vuelven más necesarias y tener que quitárselas o mirar por encima de ellas para ver con nitidez un objeto situado en la visión de lejos, se vuelve un gesto incómodo. Ha llegado el momento de hacerse unas gafas con lentes progresivas.

Las lentes bifocales cuentan con corrección para visión de cerca y de lejos, pero no para visión intermedia. Es decir, pasan de un campo de visión a otro de forma abrupta, con un “corte” o un “salto”. Como consecuencia de esto,ofrecen una visión poco natural a la que cuesta adaptarse. Las lentes bifocales eran una buena solución para las personas con vista cansada hasta que aparecieron las lentes progresivas.

Las lentes progresivas son una solución ideal para las personas con presbicia. Desde que aparecieron en el mercado en 1959, inventadas por un ingeniero de Essilor llamado Bernard Maitenaz, este producto no ha dejado de crecer y de perfeccionarse. Las lentes progresivas ofrecen una visión muy natural, pasando de visión de cerca de visión de lejos de una manera paulatina, pasando por un campo de visión intermedia.

Problemas de las lentes bifocales

El hecho de ofrecer corrección para la visión de cerca y de lejos pero no para la visión intermedia hace que las lentes bifocales sean un producto que tiene cada vez menos aceptación. A continuación enumeramos los principales problemas de las lentes bifocales:

Es difícil acostumbrarse a ellas y, durante el periodo de adaptación, pueden ocasionar dolores de cabeza, de cuello, de espalda y molestias oculares (picor, lagrimeo, irritación o escozor de ojos) y visión distorsionada.
Incrementan las probabilidades de sufrir accidentes (golpes, caídas, etc.), porque la falta de visión intermedia afecta a la capacidad de juzgar la distancia y la altura de las superficies irregulares o escalones del terreno sobre el que se anda.

Son antiestéticas ya que suele ser fácil percibir desde fuera la media luna situada en la parte inferior de las lentes, en la que se sitúa la graduación de la visión de cerca.
Resultan incómodas para el uso de ordenadores ya que, muchas veces, las pantallas están situadas frente a los usuarios, obligándoles si llevan lentes bifocales a inclinar la cabeza hacia a arriba para poder ver con nitidez la pantalla.

Lentes bifocales, un producto en declive

Las lentes bifocales ofrecen corrección para la visión de cerca y de lejos, pero no de la visión intermedia. Este paso abrupto o salto entre el área de visión de cerca y el área de visión de lejos aumenta las probabilidades de sufrir accidentes, ya que los objetos situados en la visión intermedia no pueden percibirse con nitidez.